El Homo Sapiens se abrió paso a través de las cavernas, los peligros de dientes tigres de sable, evolucionó, aprendió a cultivar, perfeccionar sus métodos para protegerse a sí mismo y a su familia y continuó su camino a través del tiempo y el espacio terrestre hasta nuestros días.
Hoy ese camino ha hecho que sea denominado de una forma muy distinta: homo digitalis, un ser humano que nace en una época en la que la evolución tecnológica le pone muy lejos de su ancestro cavernario.
El comercio es una forma de marcar los ciclos de la sociedad, desde el intercambio, a la época feudal y la llegada del capitalismo global. Cuando el socialismo intentaba abrirse paso y Marx buscaba definir la relación del comercio con el hombre, jamás imaginaron que surgiría una nueva forma de hacer las cosas. En los sitios pequeños ir al mercado a comprar frutas, verduras y enseres era lo más común, las nuevas generaciones dieron un salto enorme, ahora desde una pantalla tienen acceso a todo un catálogo de los más variados productos, desde videojuegos hasta una manzana.
La pandemia causada por el coronavirus en 2020, dio un impulso a este tipo de comercio y, ahora, el 83 por ciento de los internautas ya utilizan alguna app para pedir comida o hacer el supermercado, muchos le están diciendo adiós a los domingos en filas eternas por la despensa semanal.
Las compañías que apuestan por el comercio digital han tenido que evolucionar también y atravesar algunos obstáculos, mejorando el servicio al cliente. Entre las áreas en las que han trabajado de forma eficiente se encuentran precios competitivos y disminución de costos de envío, el tiempo de entrega, la calidad en el manejo de los envíos para que lleguen siempre en buen estado, amplitud en las opciones de entrega. Sin duda hoy estamos mucho más cerca de una película de ciencia ficción.
