En lo que va del año, México ha experimentado un notorio crecimiento del 20% en el ámbito de inversión, abarcando desde enero hasta julio, en comparación con el mismo periodo del año anterior. Este ascenso, según el análisis del Dr. Carlos Serrano Herrera, economista jefe de BBVA México, no solo repercute positivamente en el Producto Interno Bruto (PIB), sino que también fortalece el capital, impulsando así el mercado y sus perspectivas de crecimiento futuro.
En su artículo ‘Claroscuros de la inversión en México’, Serrano subraya el incremento del 20.6% en la inversión destinada a construcción y del 19.2% en maquinaria y equipo como elementos fundamentales que han contribuido a revertir la disminución inicial en la inversión al comienzo de este sexenio, situándola ahora en un nivel total de inversión del 18%.
Respecto a la inversión en maquinaria y equipo, el economista detalla que, después de las complicaciones derivadas de la pandemia y los obstáculos subsiguientes, el aumento ha sido evidente. Además, plantea la posibilidad de que la apreciación del peso haya llevado a algunas empresas a anticipar compras de maquinaria y equipo importado, lo que podría señalar las “primeras señales del nearshoring” y alimentar el optimismo hacia futuras inversiones.
Serrano examina el sector de la construcción, resaltando la contracción del 1.3% en el componente residencial y el asombroso crecimiento del 43% en el no residencial. Advierte que la construcción residencial se encuentra 18% por debajo del nivel inicial de esta administración, una situación que podría deberse a la cancelación de permisos y la falta de nuevas propuestas ante la eliminación de subsidios a la vivienda de interés social.
En relación con la construcción no residencial, el economista sugiere que parte del crecimiento se debe a la inversión privada anticipada al nearshoring, un aspecto que considera positivo. No obstante, destaca que el 38% del crecimiento proviene de la construcción en el sector público, indicando esfuerzos para concluir proyectos de obra pública.
Serrano aborda la situación de la refinación en México, señalando pérdidas y generando incertidumbre respecto al crecimiento del mercado de autos eléctricos. Propone la posibilidad de importar gasolina o adquirir más refinerías en Estados Unidos como alternativas más eficientes.
En cuanto al Tren Maya, el economista no prevé ganancias considerables, ya que experiencias pasadas con sistemas de transporte de pasajeros en el mundo han resultado en pérdidas. Sobre el Corredor Transístmico, sugiere que, aunque muestra rezago, podría tener potencial para impactar positivamente la economía.
Serrano concluye destacando la importancia de que futuras administraciones federales consideren proyectos de inversión en obra pública desde la perspectiva de costo-beneficio, teniendo en cuenta los impactos ambientales y sociales, así como su financiamiento. El buen comportamiento actual de la inversión sienta las bases para tasas de crecimiento más elevadas en el futuro de la economía mexicana.
