La figura de Carlos Slim Helú, uno de los hombres más ricos del mundo, despierta admiración y controversia en México. Su ascenso desde una modesta mercería hasta la cima del mundo empresarial es impresionante, pero su colosal fortuna contrasta con la realidad de un país marcado por la pobreza y el desempleo.
El reciente informe de OXFAM destaca el crecimiento exponencial de la fortuna de Slim y otros ultra ricos en México, mientras que la desigualdad sigue aumentando. Esta situación plantea interrogantes sobre el modelo económico que favorece la acumulación de riqueza en manos de unos pocos, en detrimento de la mayoría.
Si bien Slim defiende su éxito como resultado de su habilidad empresarial, la realidad es que su fortuna se ha construido en un contexto de privilegio y oportunidades desiguales. Es hora de replantear este modelo económico y trabajar hacia un desarrollo más inclusivo y equitativo para todos los mexicanos.
La historia de Carlos Slim nos recuerda la urgencia de abordar las profundas desigualdades que persisten en México. Es fundamental tomar medidas que promuevan un futuro más justo y próspero para todos.