El offshoring, o la práctica de trasladar ciertas operaciones de una empresa fuera de su país de origen para aprovechar beneficios económicos, se ha convertido en una estrategia empresarial clave en la economía global.
Uno de los impactos más inmediatos y visibles del offshoring en México ha sido la creación de empleos. Las empresas internacionales, particularmente de Estados Unidos y Canadá, han establecido operaciones en México para aprovechar su mano de obra calificada y relativamente económica. Generando un significativo número de empleos en sectores como la manufactura, la tecnología de la información y los servicios de atención al cliente, ofreciendo a los mexicanos nuevas oportunidades de empleo que anteriormente no estaban disponibles.
Esto ha tenido un impacto positivo en la economía local al inyectar capital extranjero en el país. Las inversiones no solo se destinan a salarios, sino también a la infraestructura, la tecnología y el desarrollo de habilidades, lo que beneficia a las economías locales. Además, las operaciones offshored a menudo requieren una amplia gama de servicios locales, como transporte, catering y mantenimiento, fomentando así el crecimiento de pequeñas y medianas empresas locales.
El offshoring ofrece a México una oportunidad única para integrarse más profundamente en la economía global, creando empleos, mejorando la infraestructura y fomentando la innovación.