Al emprender un negocio, solemos enfocarnos en la operación diaria, la captación de clientes y la obtención de ganancias, pero rara vez consideramos qué podría suceder si uno de los socios o fundadores fallece. Esta es una situación que, aunque incómoda de imaginar, es crucial prever para garantizar la continuidad de la empresa. La falta de un testamento puede acarrear serias consecuencias, desde la paralización de la operación hasta el cierre definitivo del negocio. Según expertos en derecho corporativo, muchas empresas no tienen establecidas estas previsiones, lo que genera un gran riesgo para su estabilidad.
Los Riesgos de No Tener un Testamento en el Mundo Empresarial
Cuando uno de los socios fallece y no cuenta con un testamento que especifique qué sucederá con sus acciones o participaciones en la empresa, la situación se complica de manera significativa. De acuerdo con Samantha Olivares, directora legal en Wortev, en estos casos los socios deben convocar una asamblea e iniciar un juicio testamentario, lo cual puede llevar meses e incluso años.
En muchos casos, la empresa se ve afectada por la incapacidad de operar, ya que, si el socio fallecido era el administrador único o representante legal, la firma electrónica que autoriza las operaciones de la compañía queda revocada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT). Esto implica la imposibilidad de expedir comprobantes fiscales digitales (CFDI), facturar o realizar trámites ante autoridades, paralizando la actividad comercial y afectando tanto a empleados como a proveedores.
“Al no poner en orden qué va a suceder en caso de un fallecimiento, se deja en riesgo la continuidad del ente económico y se perjudica como terceros a los trabajadores, porque al paralizarse la empresa por un tema testamentario, los trabajadores también resultan afectados,” añade Jorge Eduardo, especialista en derecho corporativo.
¿Qué sucede si no existe un acta constitutiva?
Cuando una empresa no cuenta con un acta constitutiva, el emprendedor opera bajo la figura de persona física con actividad empresarial, y en este caso, el manejo de los bienes del negocio queda supeditado a lo establecido en el testamento personal. Si no se cuenta con este documento, lo único que se podría gestionar serían las cuentas bancarias personales, lo cual complica aún más el proceso de sucesión.
Por ello, es recomendable que los emprendedores, además de tener un testamento personal, incluyan sus participaciones en el negocio, ya sea como una persona física o en una sociedad constituida legalmente. Asimismo, deben prever en el acta constitutiva de la empresa cuál será el procedimiento en caso de fallecimiento de alguno de los socios.
Tipos de Testamentos y Su Importancia en la Empresa
Existen dos tipos de testamentos que un emprendedor puede realizar:
- Testamento Público Abierto: Se realiza ante notario, incluye la redacción, asesoría y registro del testamento ante el colegio de notarios. Su costo varía entre 1,500 y 5,000 pesos, y es el más recomendado por su validez jurídica.
- Testamento Privado: Lo redacta un abogado y se guarda hasta el fallecimiento de la persona. Se presenta ante notario para su apertura y validación legal. Este testamento suele ser más económico, con un costo de entre 500 y 2,000 pesos.
Ambos documentos son necesarios para definir cómo se distribuirán los bienes personales y las acciones de la empresa, evitando así conflictos y juicios testamentarios que puedan afectar la continuidad del negocio.
Consejos para Emprendedores y Empresarios
Jorge Eduardo, experto en derecho corporativo, aconseja a quienes están iniciando un negocio que consideren asesorarse legalmente para prever qué sucederá en caso de fallecimiento de alguno de los socios. Asimismo, aquellos que ya tienen una empresa establecida deberían convocar a una asamblea general extraordinaria para modificar el estatuto inicial e incluir disposiciones específicas en esta materia.
“La percepción es que poner un negocio solo implica conseguir clientes, vender y facturar, pero el gobierno corporativo va más allá del cumplimiento tributario; implica proteger el patrimonio y la estabilidad del negocio en caso de cualquier imprevisto,” comenta el experto.
El Valor de la Prevención
Aunque muchas veces el aspecto jurídico se deja de lado en los emprendimientos, establecer previsiones para casos de fallecimiento es fundamental para evitar conflictos y asegurar la supervivencia del negocio. Contar con un testamento adecuado y un acta constitutiva que contemple estas situaciones permite a los emprendedores enfocarse en su crecimiento, sabiendo que sus esfuerzos estarán protegidos y su legado permanecerá.
La recomendación final para los emprendedores es ser proactivos y consultar a un experto en derecho corporativo para garantizar que todas las bases estén cubiertas. Solo así podrán blindar su negocio y proteger el patrimonio que han construido con tanto esfuerzo.
