El mercado laboral formal en México experimentó un crecimiento marginal del 0.1% interanual durante los primeros cinco meses de 2025, con la creación de 133,665 nuevos empleos registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Este incremento eleva el total de trabajadores afiliados a 22.37 millones, de los cuales el 87.2% cuenta con un contrato permanente.
¿Dónde se generaron más empleos?
Entre los sectores que reportaron mayor avance destaca el comercio, con un aumento del 2.8% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Le siguen el sector eléctrico (1.8%) y transportes y comunicaciones (1.4%). Por entidades, Hidalgo, Estado de México, Colima y Aguascalientes encabezaron la lista de los estados con mayor crecimiento en generación de empleo formal, superando el 2.5% anual.
Retroceso en mayo y sus causas
A pesar del crecimiento acumulado, mayo registró una disminución de 45,624 empleos, debido a factores estacionales asociados al ciclo agrícola. Según el IMSS, este comportamiento es habitual en este mes, particularmente por la caída temporal del empleo agropecuario.
¿Qué pasa con los salarios?
En cuanto a remuneraciones, el salario base de cotización promedio alcanzó los 629.9 pesos diarios, lo que representa un incremento nominal del 7.6% respecto a mayo de 2024. Este nivel salarial se posiciona como el sexto más alto en 23 años para un mes de mayo, según el reporte. Desde 2019, los incrementos anuales han mantenido un promedio de crecimiento del 6% o más.
¿Y el empleo informal?
Aunque los datos del IMSS son fundamentales para medir el desempeño del empleo formal, la informalidad laboral en México representa todavía cerca del 55% de la fuerza laboral, según datos del INEGI. Esta realidad implica que los indicadores actuales no capturan el panorama completo del empleo en el país. La tasa de desempleo, por otro lado, se ubica en 2.5%, una de las más bajas registradas históricamente.
Reflexión final
El empleo formal en México continúa mostrando señales de recuperación, aunque con avances modestos y persistentes desafíos estructurales. La dependencia de ciertos sectores y la marcada estacionalidad del mercado reflejan la necesidad de políticas públicas integrales que impulsen tanto la formalización como la estabilidad laboral de largo plazo.
