Aunque el Buen Fin suele funcionar como termómetro de consumo, este año dejó una señal clara: la confianza del consumidor sigue deprimida y limita el impulso de las ventas. No es que los descuentos hayan sido menores ni que la oferta digital haya perdido atractivo; es que los hogares están más cautelosos, con presupuestos ajustados y prioridades centradas en gastos esenciales.
Cautela que frena incluso las promociones
La intención de compra ya venía debilitada meses atrás. La inflación acumulada, el alza en servicios y la falta de mejora en ingresos reales han generado consumidores más racionales y menos dispuestos a endeudarse. Aun con promociones agresivas, muchas familias optaron por no comprometer su liquidez, lo que moderó el impacto del programa comercial.
El Buen Fin como espejo de la economía cotidiana
Los resultados muestran un fenómeno amplio: la población prioriza alimentos, servicios básicos y deudas sobre bienes duraderos. El gasto aspiracional perdió fuerza y el comercio minorista lo resiente. Para pequeños comercios, la baja confianza se traduce en ventas menos dinámicas, inventarios que tardan más en rotar y estrategias promocionales que ya no garantizan resultados.
Compras digitales sí crecen, pero con tickets más bajos
El comercio electrónico mantiene avance, pero no al ritmo explosivo de años anteriores. La mayoría de compras se concentró en productos de menor valor, mientras que categorías como electrodomésticos, muebles o tecnología registraron crecimiento marginal. El consumidor compra… pero compra menos y más barato.
Un reto que trasciende al Buen Fin
La confianza del consumidor no se recuperará solo con promociones. Las familias necesitan estabilidad en precios, mejores ingresos reales y señales económicas claras que incentiven decisiones de gasto más ambiciosas. Mientras esto no ocurra, programas comerciales seguirán operando con un límite estructural.
La baja confianza no es un mal resultado aislado: es un síntoma. La economía del consumidor está en pausa, y el Buen Fin solo confirmó lo que ya se veía venir.
