El petróleo cerró la primera semana de abril con aumentos significativos, con los índices de referencia del petróleo Brent y del West Texas Intermediate (WTI) estadounidense experimentando alzas de más de un dólar por barril este viernes. Estos incrementos se dan en medio de la vigilancia de los mercados ante un posible conflicto militar directo entre Israel e Irán, lo que podría tener un impacto en los suministros globales de crudo.
El crudo Brent registró un aumento de 1 dólar, o un 1.1%, alcanzando los 91.65 dólares por barril a las 16:44 GMT. Mientras tanto, el crudo estadounidense West Texas Intermediate cotizaba a 87.41 dólares por barril, mostrando un incremento de 81 centavos, o del 0.95 por ciento. Ambas referencias alcanzaron el jueves sus niveles más altos desde octubre del año pasado.
Esta semana, tanto el Brent como el WTI anotaron ganancias superiores al 4%, impulsadas por la escalada de tensiones entre Israel e Irán luego de que Irán prometiera vengarse por un ataque en el que murieron militares iraníes de alto rango. La incertidumbre sobre un posible conflicto directo entre estas naciones ha generado preocupaciones en los mercados petroleros, contribuyendo al aumento de los precios del crudo.
Por otro lado, los ataques de drones ucranianos contra refinerías en Rusia han generado interrupciones significativas en la capacidad de producción, según informó un funcionario de la OTAN el jueves. Esta situación ha afectado la producción de combustible del país y ha contribuido a la presión alcista en los precios del petróleo.
Además, la decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados liderados por Rusia, conocidos como OPEP+, de mantener sin cambios su política de suministro de petróleo esta semana ha generado expectativas en los mercados. A su vez, se espera que la demanda mundial de petróleo continúe creciendo, lo que podría respaldar los precios del crudo en el corto y mediano plazo.
En este contexto, los analistas están atentos a la evolución de las tensiones geopolíticas y su impacto en el suministro global de petróleo, así como a los datos sobre la demanda y la producción que podrían influir en la dirección futura de los precios del crudo.