De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre Confianza del Consumidor (ENCO), elaborada por el INEGI y Banxico, septiembre 2025 mostró un ligero retroceso en la percepción económica de los mexicanos. El Indicador de Confianza del Consumidor (ICC) se ubicó en 46.4 puntos, una caída mensual de 0.3 unidades y una baja anual de 0.4, lo que refleja un clima de cautela ante la situación económica del país y del hogar.
Preocupaciones económicas en el hogar
Uno de los rubros con mayor disminución fue la situación económica de los hogares respecto al año anterior. Este componente cayó 0.7 puntos, lo que indica que las familias mexicanas perciben un menor bienestar económico o una pérdida en su capacidad adquisitiva. Esta percepción influye directamente en las decisiones de ahorro, gasto y planeación a futuro.
Menos entusiasmo para compras mayores
El indicador que mide la disposición para adquirir bienes duraderos (como electrodomésticos o electrónicos) también mostró una baja de 0.6 puntos. Esto sugiere que, en tiempos de incertidumbre o de ingresos limitados, los consumidores mexicanos prefieren postergar compras importantes y enfocarse en gastos esenciales.
Empleo y ahorro: prioridades en la mira
Aunque el índice no presentó caídas drásticas, la tendencia refleja una mayor preocupación por el empleo, la inflación y las condiciones financieras del hogar. Expertos señalan que los mexicanos están optando por una postura de ahorro y contención, especialmente ante la proximidad de fin de año y el comportamiento de los precios en productos básicos.
¿Qué significa esto para la economía nacional?
Una menor confianza del consumidor puede traducirse en desaceleración del consumo interno, lo cual representa un reto para el crecimiento económico. Sin embargo, también muestra una sociedad más consciente y prudente frente a los cambios del entorno financiero.
Perspectiva a futuro
El panorama no es del todo negativo. A pesar de las caídas en algunos indicadores, hay elementos de estabilidad, como la percepción moderada de la economía futura del país y la expectativa de recuperación para el próximo año. Esto abre oportunidades para que los sectores económicos enfoquen sus estrategias en la reactivación del consumo y la educación financiera.
