La transformación digital en México está encontrando en los centros de datos de borde (edge data centers) un pilar estratégico para sostener el crecimiento acelerado del consumo de datos, la adopción de tecnologías como la inteligencia artificial, el 5G y el Internet de las Cosas, así como para cerrar las brechas de infraestructura que aún limitan la eficiencia operativa en sectores clave.
Según datos recientes, este tipo de instalaciones —que procesan información más cerca del usuario final— están creciendo a un ritmo anual del 17 % en México. Esta evolución responde no solo a una tendencia tecnológica global, sino a una necesidad urgente: el volumen de datos en el país crece más del 20 % cada año, mientras que la infraestructura digital aún no alcanza la velocidad ni la capacidad necesarias para responder a esa demanda.
Una de las compañías que está liderando esta transformación es Edgenet Data Technologies, con presencia en varias ciudades del país y una red de 30 centros de borde totalmente diseñados y ensamblados en México. Con una potencia instalada de 8 MW y el respaldo de inversión 100 % nacional, la empresa ha recibido incluso el distintivo “Hecho en México” otorgado por la Secretaría de Economía, lo cual refuerza la proyección de este modelo como una vía local hacia la soberanía digital.
Mientras tanto, el crecimiento de los centros de datos tradicionales, especialmente en estados como Querétaro, también continúa, impulsado por inversiones privadas, tanto en colocación como en proyectos de hiperescala. Sin embargo, el modelo edge tiene ventajas estratégicas: mayor eficiencia energética, reducción de la latencia y mejor resiliencia operativa para industrias que necesitan procesamiento en tiempo real.
Este escenario no está exento de retos. La sostenibilidad energética, la seguridad de los datos y la coordinación con las redes eléctricas locales serán fundamentales para que esta infraestructura no solo escale, sino que lo haga con responsabilidad. Aun así, todo apunta a que los centros de datos de borde ya no son una promesa, sino una respuesta concreta al futuro digital del país.
