La humanidad se encuentra en un punto de inflexión catastrófico, el Acuerdo de París sobre el cambio climático estipula que se debe limitar el aumento de la temperatura global en 1.5 grados.
El comercio se encuentra en busca de formas que permitan a las industrias ser cada día más sostenibles. Uno de los puntos de enfoque es la huella de carbono que cada producto deja en el mundo, es decir el impacto que un producto o actividad tiene en el cambio climático.
La distribución de productos, la industria logística, genera un gasto de energía que tiene efectos en el cambio climático y el transporte marítimo es uno de los más utilizados porque es más redituable que otros, como el aéreo.
Esto ha generado que el reflector se pose sobre este sector que decidió responder con un objetivo de neutralidad de carbono en la logística. Las estrategias son variadas, entre ellas se encuentra que los motores del transporte marítimo de contenedores se sirvan del aceite de desecho que se usa en procesos de cocción, además de la navegación lenta de los barcos, los sistemas de recuperación de calor residual y el diseño del casco de las embarcaciones, incluso incorporan una pintura de baja fricción.
El mundo actual requiere acciones concretas, las nuevas generaciones prefieren trabajar para empresas comprometidas con la sustentabilidad e incluso los clientes valoran estos esfuerzos. Sin duda es una estrategia de ganar-ganar cuando las grandes compañías eligen hacerse responsables y asumir compromisos con el medio ambiente.
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