El timo chino, Liborio Vidal habla de negociaciones

Liborio Vidal habla de negociaciones entre tazas de té, de una decisión errónea y los retos mundiales

 

Una de las empresas de venta de electrodomésticos con mayor presencia en el sureste mexicano surgió en el municipio de Valladolid, en el oriente de Yucatán, cuando un joven emprendedor pidió un préstamo a su padre para adquirir tres bicicletas, dos refrigeradores, dos estufas y un ropero.

Desde que era niño, Liborio Vidal Aguilar ayudaba a su papá en la tienda de abarrotes que proveía de productos a la cabecera municipal y también a comunidades pequeñas, hasta donde llevaban maíz, frijol y enlatados, entre otros productos.

Con el paso del tiempo, Libo, como lo conocen en su tierra, mostró interés por los negocios y buscó seguir su propio camino. Habló con su padre, le presentó su idea, pidió una oportunidad y se lanzó a la aventura.

El tiempo pasó y de aquel inicio con las bicicletas, los refrigeradores, las estufas y el ropero, surgió Proveedora del Hogar Vidal, con una tienda en Valladolid que acercó a los habitantes del interior del estado productos que sólo se podían encontrar en la capital, Mérida.

El carácter amable y abierto de Vidal Aguilar le ganó el mote de “Amigo Libo”, como se dio a conocer en otros municipios donde fue forjando lazos comerciales que le permitieron abrir sucursales y  crecer hasta convertirse en un empresario consolidado y exitoso por medio de Bomssa y su marca Zmartech.

Hoy Vidal Aguilar tienen 30 tiendas en seis estados y un canal de ventas mayoreo, que es una fábrica especializada en la manufactura de muebles para el hogar de la marca VICA, por medio de la cual atiende a “muebleros”, de 11 entidades federativas. En total, sus empresas generan más de 300 empleos en la región.

La gran China

Sin embargo, antes de conocer el éxito, Liborio Vidal tuvo que saber del fracaso y atravesar obstáculos, en particular cuando su objetivo era crear su propia marca de electrodomésticos. Para lograrlo, durante seis meses preparó y organizó su primer viaje al Oriente, a China.

De chavito yo escuchaba de China y pensaba que era la luna; jamás en mi vida pensé que iba a viajar miles de kilómetros para conocerla, como tampoco pensé conocer Corea del Sur”, recordó el empresario yucateco.

Y si tardó seis meses en los preparativos fue porque pensaba en las 40 horas de viaje, que incluyen esperas en los aeropuertos, conexiones, Mérida-Los Ángeles-Shanghai. “Lo piensas. No me voy a bañar dos días, qué voy a comer, el tema del idioma… Obviamente me dio miedo, pero vencí ese miedo y me fui a la gran China, hace 10 años aproximadamente”.

 

El error amarillo

Finalmente, el Amigo Libo emprendió la gran aventura. Se lanzó a la búsqueda de fábricas que pudieran maquilar ventiladores. “La primera vez que fui, visité decenas de fábricas, chicas, medianas, grandes. Ahí se pelean hasta por centavo de dólar, son duros para pelear los negocios”.

Si mal no recuerdo, por 30 centavos de dólar de diferencia compré ventiladores de pedestal a una fábrica chica-mediana, serían tres o cinco contenedores. Pagué el 40 por ciento de anticipo y me dijeron ‘en 30 días te fabrico los ventiladores y luego te los embarco a México’, de ahí al puerto de Progreso son alrededor de 60 días”.

El vallisoletano recuerda que esperó 30 días más, luego 60 y hasta 90 días y los ventiladores nunca llegaron. Hizo llamadas a la fábrica, envió correos electrónicos; incluso, buscó al embajador de China en México, pero no hubo respuesta. Liborio Vidal perdió su inversión.

La hora del té

¿Qué pasó?, que esa fábrica quebró. Perdí ese dinero, pero aprendí que hay que buscar fábricas de prestigio mundial, aunque cueste más, la inversión estará segura. Hoy China es la gran fábrica del mundo, mil 300 millones de habitantes, la quinta parte de la que hay en el planeta. Tenemos que aprender de esa cultura del trabajo, del esfuerzo, hoy están conquistando al mundo”, destacó.

Hoy las fábricas que maquilan los productos Zmartech son de las cinco más grandes a nivel mundial en aires acondicionados, pantallas y ventiladores. “Los chinos son buenos para negociar, son bravos, pelean hasta un centavo, pero voy preparado con costos y análisis para convencerlos. Ellos no dejan que te vayas vivo y durante horas, tazas y tazas de té. Te ofrecen té para convencerte”.

Después de meses de esfuerzo y trabajo con los chinos, queda uno feliz cuando se cierra el trato. En China las ciudades son enormes y hay que hacer eficiente el tiempo para que dé resultado, hay que buscar y encontrar a socios confiables, que tengan prestigio mundial”, destacó Liborio Vidal.

Para poder subsistir hay que prepararnos y actualizarnos para ser competitivos ante la guerra que está afuera, la guerra férrea que hay en los precios. Este mundo es dinámico y cambiante, hay que innovar por la presión que tenemos de otros países, porque los países asiáticos están conquistando al mundo y queremos estar a la par”, expresó el amigo Libo.

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