La reciente aceleración de la inflación en México durante el mes de diciembre ha generado un escenario de expectativas mixtas entre analistas y expertos financieros. Mientras el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) superó las proyecciones al ubicarse en un 4.66%, su nivel más alto en varios meses, el índice subyacente, que excluye productos de alta volatilidad, continuó su tendencia a la baja, registrando un 5.09%, el nivel más bajo desde septiembre del año pasado.
Estos datos, divulgados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), plantean un escenario complejo para el Banco de México (Banxico), que ha mantenido su tasa de interés de referencia en un 11.25%, una marca histórica que se sostiene desde abril. Aunque el Banxico ha sugerido la posibilidad de recortar las tasas en los próximos meses, dada la evolución de la inflación y los retos económicos actuales, la decisión final sigue siendo objeto de especulación y debate entre los expertos financieros.
Una encuesta realizada por el grupo financiero Citibanamex reveló que una parte significativa del mercado espera un recorte de tasas para marzo, reflejando la incertidumbre y la volatilidad que caracterizan al panorama económico actual.
El aumento del 0.71% en los precios durante el mes de diciembre, junto con el índice subyacente que registró un alza del 0.44%, refleja las presiones inflacionarias que persisten en la economía mexicana, alimentadas por diversos factores como los precios energéticos y los efectos de la pandemia.
Ante este escenario, el Banco de México enfrenta el desafío de equilibrar la estabilidad de precios con el estímulo económico necesario para impulsar la recuperación y el crecimiento sostenible en el país. La evolución de la inflación en los próximos meses será crucial para determinar la política monetaria a seguir y su impacto en la economía mexicana en su conjunto.