La evolución constante de la tecnología está redefiniendo los límites del marketing digital, y la inteligencia artificial (IA) está emergiendo como una fuerza disruptiva en el mundo de los influencers. La creación de influencers virtuales, impulsada por la IA, está planteando nuevas oportunidades y desafíos para las marcas y los profesionales del marketing.
La agencia de publicidad The Clueless, con sede en Barcelona, está liderando esta tendencia al introducir influencers virtuales como parte integral de sus estrategias de marketing. Con ventajas económicas innegables, como un control creativo sin precedentes y costos más bajos, los modelos virtuales están ganando terreno en el mundo de la publicidad.
Este cambio no pasa desapercibido en la industria del marketing. Lil Miquela, con millones de seguidores en las redes sociales, es un ejemplo destacado de un influencer virtual que ha logrado colaboraciones publicitarias con marcas de renombre. Este fenómeno, diseñado para atraer a una generación más joven y tecnológicamente inclinada, está redefiniendo las narrativas publicitarias y el compromiso del consumidor.
Sin embargo, la llegada de nuevas herramientas tecnológicas, como la IA generativa de videos, plantea preguntas sobre el futuro de los influencers humanos. A medida que los ‘deepfakes’ y otras aplicaciones de IA se vuelven más accesibles, existe el riesgo de que los influencers virtuales reemplacen gradualmente a sus contrapartes humanas.
Esta transición hacia influencers virtuales plantea cuestiones éticas y prácticas. ¿Qué papel desempeñarán los influencers humanos en un mundo dominado por la IA? ¿Cómo afectará esto a la autenticidad y la credibilidad en el marketing de influencia?
Aunque la IA ofrece oportunidades emocionantes para la innovación en el marketing digital, es importante abordar los desafíos éticos y regulatorios que surgen. La industria debe establecer estándares claros y procesos de verificación para garantizar la integridad y la transparencia en el marketing de influencers, tanto para influencers virtuales como humanos.
En última instancia, la coexistencia de influencers virtuales y humanos en el mercado puede ser beneficiosa, ofreciendo a las marcas una gama más amplia de opciones y oportunidades creativas. Sin embargo, es fundamental abordar las implicaciones éticas y sociales de esta evolución tecnológica para garantizar un futuro equitativo y sostenible para todos los participantes en el mercado del marketing de influencia.
