Michelin ha anunciado el cierre definitivo de su planta ubicada en el estado de Querétaro antes de que finalice el año 2025. La decisión, aunque compleja, responde a una estrategia global de reestructuración basada en la evolución del mercado de neumáticos, que hoy exige productos con mayor tecnología y tamaño. La planta, que hasta ahora producía llantas de pequeño diámetro, dejará de operar, afectando directamente a 480 empleos.
Una reestructuración global con consecuencias locales
De acuerdo con el comunicado oficial de la compañía, la planta de Querétaro se vuelve menos competitiva frente al crecimiento sostenido de la demanda de llantas de mayor tamaño, segmento que actualmente no se produce en esta instalación. En contraste, la planta de Michelin en León, Guanajuato, inaugurada en 2016, ofrece condiciones más modernas, energéticamente eficientes y alineadas con los estándares actuales de producción.
Este cambio se enmarca dentro de una estrategia de inversión global orientada a optimizar los recursos, consolidar operaciones y garantizar la viabilidad a largo plazo de la compañía en todos sus mercados.
La importancia estratégica de Guanajuato
La planta de Michelin en León ha sido diseñada con tecnología de última generación y opera, en gran parte, con energía renovable. Esta instalación se posiciona como el nuevo eje productivo de Michelin en México, y será la encargada de absorber parte de la producción que actualmente se realiza en Querétaro.
Desde una perspectiva industrial, el cierre en Querétaro representa un giro importante en la configuración del sector automotriz nacional, ya que la región había sido un punto clave en la manufactura de neumáticos durante más de dos décadas.
Consecuencias económicas y laborales
La clausura afectará a 480 trabajadores directos, aunque Michelin aseguró que implementará medidas para mitigar el impacto. Entre ellas, se contempla la posibilidad de reubicación en otras operaciones de la empresa y el ofrecimiento de paquetes de salida acordes a la legislación laboral.
Además, el cierre plantea un reto importante para el ecosistema industrial de Querétaro, una entidad que ha consolidado su reputación como hub de manufactura avanzada, pero que deberá enfrentar el desafío de reconvertir talento y atraer nuevas inversiones en sectores estratégicos.
Un reflejo de la transformación en la industria automotriz
El anuncio de Michelin no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia más amplia en la que las empresas del sector automotriz buscan adaptarse a las exigencias del mercado global: mayor eficiencia, sostenibilidad y tecnología. Esta transformación impacta tanto en la configuración de las plantas como en las decisiones de inversión y localización.
El futuro del sector dependerá de su capacidad para anticiparse a estos cambios y generar condiciones que fomenten la competitividad y la atracción de proyectos alineados con la nueva era industrial.
El cierre de la planta de Michelin en Querétaro confirma un giro estratégico en la industria manufacturera mexicana. Más allá del impacto local, la decisión deja ver un mensaje claro: el entorno industrial evoluciona rápidamente, y las empresas deben transformar sus operaciones si desean mantenerse competitivas. Para México, el reto será consolidar su posición como destino clave para inversiones de alto valor agregado, tecnológicamente avanzadas y sostenibles.