Hay quienes heredan empresas y quienes heredan talento, como Jorge Marín López Lira (a) “El Greñas”, nacido en Acapulco, Guerrero, y crecido en el mundo.
Hace 30 años llegó a España, con unos dólares en la bolsa, y hoy es consultor gastronómico, director y fundador del Grupo La panza es primero, con tres locaciones en Madrid, a las que se sumarán Lisboa y Bogotá, según sus proyectos de internacionalización.
Jorge proviene de una familia ligada a la prestación de servicios. Nació en Acapulco, donde su abuela Carmelina López Lira, originaria de Chihuahua, tenía un restaurante. En 1974 ella fue a vivir a Cancún para operar uno en el acuario natural Xelhá y el comedor de Fonatur en ese centro turístico.
Su tía María Dolores López Lira e Hinojo dirige hoy Lomas Travel, que agrupa una docena de compañías que van desde la agencia, transportadora, hoteles, restaurantes, marina, línea aérea, televisora, el Rancho Bonanza y fábrica de uniformes.
Del tingo al tango
Antes de triunfar, Jorge tuvo duro aprendizaje en negocios familiares y de importantes cadenas restauranteras, que lo llevó por el mundo.
Su memoria no es precisa, pero recuerda que en Cancún ayudaba a su abuela en una juguería; su primer trabajo “formal”, a la edad de 12-14 años, en el yate Fiesta Maya, que hacía recorridos a Isla Mujeres y su ingreso al primer Carlos & Charlies, a la orilla de la Laguna Nichupté.
Trabajó en Mazatlán, en un lugar de su padre, y en Dady’O de Guadalajara, de donde viajó a Boston, Massachusetts, para laborar en restaurantes y volvió a Cancún para ayudar a su madre a montar una fábrica de pasteles que surtía a clientes como Carlos & Charlies, Mr. Papas y Rolandis.
“En algún momento” emprendió de nuevo la aventura, pero ahora por Europa. Se fue al norte de Italia, donde un tío tenía un pequeño café, y de ahí brincó a España.
Socio de Joaquín Sabina
“Llegué a Barcelona, a una discoteca muy ‘heavy metal’, tenía poco dinero, pero regresar a Cancún habría sido un fracaso. Vine a Madrid con 20 dólares y tuve trabajos muy pesados y mal pagados, como entregar folletos afuera de las estaciones del Metro”.
Descubrió un Carlos & Charlies, donde en 1990 empezó su carrera gastronómica en Europa. En el 92 se abrió otra sucursal y fue reubicado con un buen puesto; en el 95, en “una crisis existencial”, decide irse a Argentina, pero dos amigos –Joaquín Sabina y su socio actual, Norberto Aguirre, quien es de Cuernavaca, pero lo conoció en Madrid– lo convencen de quedarse porque estaba por obtener nacionalidad española.
Primero ayudó al cantautor español a salvar un restaurante a punto del fracaso y luego abrieron en sociedad uno de comida mexicana, junto con Norberto y un socio de Joaquín.
El lugar aún funciona y se llama La Mordida, “pero empezamos a tener dificultades con el socio de Joaquín y yo le dije que no podía con esa persona, quien no trabajaba y hablaba de cosas que no sabía”.
Y vino su oportunidad
“El Greñas” estaba listo para despegar. Con su cúmulo de experiencia, en 1999 empezó a planear junto con Norberto un concepto global, desde el nombre hasta el menú, y en el 2000 arrancó La panza es primero, una propuesta de comida mexicana, y se convirtió en el cerebro detrás del grupo restaurantero más famoso de Madrid.
A pesar de la covid-19, “una tormenta, que ya pasó, pero dejó muchos daños”, él y su socio mantienen esperanzas en dos restaurantes que empezaron a planear antes de que llegara “el bicho”.
Jorge, quien desde hace tiempo asesora restaurantes y hoy tiene un nombre en ese ámbito, está montando un negocio para brindar el servicio “en cualquier parte del mundo”.
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