“La irrelevante pero necesaria muerte de Lobaberta Sullivana” es un libro y, a la vez, una ventana a uno de los misterios que más intriga a los seguidores de “La tuya en vinagre”: ¿de dónde saca Sergio Neri sus ideas?
Afortunadamente para los fans, y desafortunadamente para aquellos que buscan “inspiración”, las historias del personaje Lobaberta Sullivana, surgieron de un corazón roto. Sí, así de cursi.
“Hice este cómic a manera de confesión: Lobaberta me ha hecho mucho bien a partir de mucho mal y hoy me animé a contar el porqué. Este relato expone de la manera más honesta que pude mi relación con mi propio personaje y lo tóxicas que pueden llegar a ser las ideas diluidas en humor. Puse aquí todo lo que necesitas saber para entender, amar y odiar a Lobaberta Sullivana”.
Es la presentación escrita por Neri en la contraportada del libro publicado en 2017, que fue parte del final de una historia que comenzó a contarse en 2011, cuando el joven ilustrador comenzó su camino por el emprendimiento creativo que, a la fecha, le ha llevado a editar tres libros y realizar dos temporadas de su serie animada “Los Keloides”.
Con una acidez y honestidad disfrazadas de comedia, Sergio Neri fue convirtiéndose en su propia marca y con “La tuya en vinagre” conquistó a un público que se identifica con un personaje cargado de dolor, pero que se movía en el mundo de la ironía. Es probable que tanto “la loba” como alguno de sus lectores dijera alguna vez: río para no llorar.
Un Alux, un Chuchul Zoots, el Sahuayak y el Kisín
La genialidad del creativo quedó de manifiesto con uno de sus trabajos más tempraneros: “La gruta del Alux”, cuyo primer capítulo se transmitió por el Canal 13, pero fue retirado y se retransmitió de 2004 a 2006 en Grupo Sipse, ambas televisoras yucatecas. De aquí surgieron personajes que son un referente en Yucatán como el Alux, el Chuchul Zoots, el Sahuayak y el Kisín.
Este trabajo le otorgó el reconocimiento suficiente para ir creciendo y crear su propio estudio creativo, desde donde desarrolló personajes como el monito de la bebida de chocolate, Bevi; la hormiga de Surpesa y el estilo del restaurante de sushi Sensei. También colaboró con las revistas Algarabía y Muy Interesante.
Le pagan por hacer dibujitos
Algunos piensan que el trabajo de ilustrador es uno de los más fáciles y divertidos de hacer. En una simplificación extrema, al hombre le pagan por “hacer dibujitos”; sin embargo, Sergio Neri explica de forma muy clara que no es así.
“El dibujo es la representación de un tangible, como un caballo, en un plano gráfico; la ilustración se vale del dibujo, pero implica más un concepto de comunicación, es como que te pidan: ilústrame el hambre”.
“En la historieta se refleja la necesidad de relatar sucesos de México, se trata de encontrar una historia, entenderla, decidir el enfoque, que obedece a la forma en que quiero que se entienda, y hacerlo. Yo me fui por la historieta de humor, que favorece un punch line que la hace divertida”.
El camino al webcómic
En su historia profesional, llegó a un punto en el que sintió la necesidad de hacer algo personal. Después de trabajar para otros, decidió abrir su propio estudio de diseño creativo generando fuentes de empleo y con ideas que nutrían “La Tuya en Vinagre”, con tres diseñadores e ilustradores y una persona de servicio social, entró de lleno al mundo del emprendimiento.
Quiso iniciar con un clásico: la tira cómica. Así surgieron “La Loba” y “Juan Chivo”, dos icónicos personajes que se mantiene vigentes, pero el formato no fue adecuado para sus aspiraciones artísticas y optó por publicar en WordPress, “pero un día se actualizó y se borró todo, así que me pasé a Facebook”.
Ese lejano 2011 fue el año en que comenzó a tomar auge el webcómic. En esta época surgieron apuestas como “Jours de papier”, que exponía la vida en pareja de Tania Camacho y Esteban Martínez; Betinorama, de Carlos Alberto Nieto Gómez; y The mountain with teeth, de Alejandra Elena Gámez.
Neri en Netflix y los nuevos proyectos
El ilustrador, nacido en la Ciudad de México y avecindado en Yucatán, dejó su estudio por un tiempo para seguir sus inquietudes plásticas y artísticas, que lo llevaron a desarrollar un estilo fácil de reconocer en la gráfica y la narrativa. “Quería saber cuál va a ser mi voz, cómo me voy a diferenciar”.
Aunque su formato favorito es el impreso, uno de sus logros más destacados fue el trabajo con la productora mexicana Ánima Estudios, responsable de éxitos como El Chavo animado y Don Gato y su pandilla.
Sergio Neri se estrenó en la animación profesional con Las Leyendas, para Netflix. “Fue grato, pesado en los últimos días, pero siempre fue grato. Entiendo por qué la animación es importante. Había muchas cosas nuevas para alguien como yo”.
También ganó el estímulo a la creación artística del FONCA, que durante tres años le permitirá desarrollar “menumentos mexafísicos”. Se encuentra en el segundo año, publicando historias surrealistas ilustradas de todo México.
Después de la experiencia con Ánima, retomará uno de los proyectos de su estudio junto con Gaspar Pantoja y Héctor Turriza, “Los Keloides”, una serie animada de humor negro que lleva dos intentos y va por su tercera oportunidad. “Youtube no fue el camino para hacerlo sostenible, pero ya tenemos guiones nuevos y vamos adelantando el trabajo para dejar la pista lo más aplanada y buscar patrocinadores”.
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