Los influencers virtuales han dejado de ser una curiosidad tecnológica para convertirse en una herramienta estratégica dentro del marketing digital. En 2025, estos personajes creados con inteligencia artificial están ganando terreno en campañas de moda, belleza, tecnología y entretenimiento, atrayendo millones de seguidores y generando niveles de engagement comparables —o superiores— a los de los influencers tradicionales.
¿Qué son los influencers virtuales?
Se trata de figuras digitales diseñadas con gráficos 3D, animación y algoritmos de IA que les otorgan personalidad, estilo de comunicación y hasta una narrativa de vida. Algunos ejemplos como Lil Miquela o Imma han protagonizado campañas de marcas globales como Calvin Klein, Dior o Samsung. Su apariencia hiperrealista y la posibilidad de controlar completamente su imagen los convierte en aliados perfectos para estrategias de branding.
Ventajas para las marcas
Los influencers virtuales ofrecen algo que ningún ser humano puede garantizar: control absoluto del mensaje. No hay escándalos, cambios de opinión inesperados ni compromisos personales. Esto los convierte en embajadores de marca confiables, capaces de mantener una imagen coherente a lo largo del tiempo. Además, pueden adaptarse a múltiples culturas, idiomas y valores, lo que los vuelve ideales para audiencias globales.
Conexión emocional con audiencias digitales
Aunque no son reales, muchos usuarios interactúan con ellos como si lo fueran. Sus historias están cuidadosamente diseñadas para generar empatía, desde sus pasatiempos hasta sus opiniones sobre temas sociales. Esta conexión emocional, combinada con una estética aspiracional, ha demostrado ser altamente efectiva para construir comunidades y fomentar la lealtad de marca.
Campañas personalizadas y sin límites físicos
Al ser completamente digitales, los influencers virtuales pueden aparecer en cualquier entorno, vestirse con cualquier prenda y participar en campañas imposibles para un humano. Esto abre nuevas posibilidades creativas para las marcas, desde pasarelas digitales hasta colaboraciones con personajes de videojuegos o realidad aumentada.
El dilema de la autenticidad
El principal reto de estos influencers es la percepción de autenticidad. A pesar de su popularidad, una parte del público sigue valorando la experiencia humana real. Las marcas que usan influencers virtuales deben encontrar un equilibrio: aprovechar la innovación tecnológica sin perder de vista la necesidad de generar confianza y credibilidad.
Los influencers virtuales son una evolución natural del marketing de influencia. A medida que la tecnología avanza y las audiencias se vuelven más digitales, estas figuras están redefiniendo la forma en que las marcas conectan con sus consumidores. Lejos de ser una moda pasajera, todo indica que su protagonismo seguirá creciendo en los próximos años.