La simpleza suele confundirse con la sencillez, en algunas ocasiones, los límites no están muy claros y esta falta de certezas o variedad de opiniones puede opacar casi cualquier cosa. Este es un tema que ha abierto otro frente de debate acerca de un libro que se encuentra entre los más populares sobre el tema de negocios: “Padre rico, padre pobre”.
Se recomienda en diversas esferas, desde los lugares donde se trabaja la autoayuda hasta las universidades. Tanto detractores como quienes lo adoran coinciden en hacer énfasis en la forma en que sus autores, Robert Kiyosaki y Sharon Lechter, han abordado el tema de la educación financiera.
Es innegable la importancia de la educación financiera, sobre todo en un país como México donde más del 40 por ciento de la población no tiene ni para la canasta básica, y donde alrededor de 25 millones de personas presentan rezago educativo.
Los índices de educación y pobreza son un tema político, pero también un tema social, el libro de Kiyosaki y Lechter habla de cómo las personas pueden alcanzar la independencia financiera cambiando su mentalidad de trabajar arduamente para ganar apenas unos pesos.
Kiyosaki narra su experiencia con dos padres, el biológico que le enseña a trabajar y educarse para conseguir un trabajo estable y seguro, y el de su amigo que le enseña cómo generar riqueza al multiplicar lo que tiene.
Si el material bibliográfico es simple o es sencillo, no es importante, lo que vale es que es absolutamente necesario para tener una perspectiva distinta de la vida cotidiana.
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