Por el Dr. Adrián Gómez Oyanguren.

En el primer semestre del 2022 se vio un derrumbe de alrededor del 70% en el valor de las principales criptomonedas respecto a la base más alta que alcanzaron en noviembre del 2021. Eso podría suponer desánimo para los inversores en esta nueva modalidad del mundo digital, pero lo mismo sucedió con las inversiones en todas las bolsas del mundo, por lo que todo tipo de inversionistas debieron armarse de paciencia hasta que los mercados recuperaron estabilidad.

Mientras eso sucedía, para seguir en el mundo de la criptografía, se desarrollaron las criptomonedas estables, o stablecoin, por su anglisismo, que dan sentido al acuñamiento de su nombre, es decir, son monedas cuyo valor no varía por la oferta y demanda, ni se sujetan a los vaivenes de la economía mundial, por lo que su volatilidad es prácticamente nula. ¿Qué hace que el valor de una criptomoneda no tenga variación o que sea mínima? La respuesta se antoja simple, tan sencilla que parece difícil de creer. 

Para que una criptomoneda se considere estable debe estar respaldada por un activo real de valor. Hoy los principales activos de valor que pueden garantizar respaldo son el dólar y el oro, por lo que han sido creadas criptomonedas como el USDT (Tether con valor equivalente al dólar), la USDC (Coin con valor equivalente al dólar), BUSD (Binance) y algunas otras. Al hacer una compra de un USDT, la empresa propietaria de la plataforma Tether debe garantizar respaldo depositando 1 dólar o garantizando que tiene 1 dólar para pagar al propietario de ese USDT al momento que decida venderlo.

Así, la criptomoneda se mantiene estable y ajena a las variaciones de valor por los efectos antes mencionados. Ahora bien, esa teoría en principio es de fácil comprensión, pero cómo se asegurara a los inversores que, efectivamente, las plataformas tienen ese respaldo y garantía si no hay información que pueda validarse antes o después de la compra de una criptomoneda y, por otro lado, muchas plataformas aún no tienen regulación gubernamental, ya que es su principal atractivo, salvo las que ya tienen registros y supervisión de una entidad (por ejemplo, en Europa ya hay trabajo adelantado para las stablecoins, pero la regulación para el resto de las criptomonedas aún está en proceso).

 

¿Qué tan viable es que por cada stablecoin en el mercado haya un dólar como respaldo?

Al momento de escribir estas líneas el número de USDT era de 66 billones, que debían tener como respaldo o colateral 66 billones de dólares, lo cual es prácticamente imposible. Por tanto, ¿cómo funciona para mantenerse estable? Pues bien, las plataformas tienen un algoritmo que les permite ajustar automáticamente el valor conforme se compra o vende cada criptomoneda y que no se vea afectada por esa oferta o demanda. De esa manera, la plataforma no tiene que estar depositando o retirando dólares para validar que se tiene como soporte o colateral; sin embargo, si la plataforma ya tiene regulación gubernamental, debe tener alguna forma de dar seguridad a sus criptohabientes, como un respaldo en dólares, seguros, coaseguros, alianzas con bancos, alianzas con otras criptomonedas, etc.

Finalmente, aunque se invierta en una criptomoneda estable, no hay que perder de vista que el soporte principal es la confianza conjunta de sus usuarios y la revisión permanente de las situaciones que se presentan en su entorno para poder actuar a tiempo. 

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