En sólo unos años conquistó reconocimientos por sus logros como emprendedora, con actividades disímbolas que involucran rigor numérico y creatividad
De niña soñaba con ser ingeniera en electrónica o cantante, pero se decidió por los números, la contabilidad y las finanzas, y se convirtió en una de las empresarias jóvenes más exitosas de Yucatán, con negocios especializados en asesoría fiscal y contable y, además, una empresa editorial que la convirtió en referente de la moda, actividades disímbolas que, sin embargo, mantienen activas funciones separadas hasta en el cerebro humano: la analítica y la creativa.
Ligia Aguayo Rosado, contadora pública certificada, fundó primero, en 2008, Integra Asesores de Negocios, que presta servicios de auditoría, finanzas, asesoría fiscal y jurídica a empresas en 12 estados.
Sólo cuatro años después, en 2012, como consumidora de moda, se percató de que en la región sureste hay mucho talento en el sector y pensó en hacer algo para impulsarlo. Así nació Mid Woman, publicación que hoy tiene cobertura en el Sureste e impulsa la moda nacional e internacional.
Premios a joven empresaria
Sus éxitos como mujer empresaria y emprendedora no pasaron inadvertidos, por el contrario, le hicieron merecedora de reconocimientos, como el Premio Nacional Joven Emprendedor Coparmex 2015 y el Premio Yucatán Mujer Emprendedora 2015, otorgado por el gobierno del Estado. Participó como delegada mexicana en la Cumbre del G-20 YEA 2015, en Turquía, y un año después fue reconocida como Trayectoria Joven Emprendedor Coparmex 2016.
Ligia sabe que su legado empresarial está en construcción y se visualiza haciendo más cosas. “Todos los días tengo un proyecto, amanezco con ideas nuevas en la cabeza, quiero que mis negocios empiecen a internacionalizarse”.
Hace 12 años comencé mi negocio con Integra Asesores, firma especializada en temas fiscales, de finanzas, auditorías y consultoría de negocios, explica. Los dos primeros años fueron muy complicados, con el reto de llegar al punto de equilibrio, pues tenía contratos, pero tardaban en pagar, había trabajo, pero no liquidez.
Si bien como consultora de negocios sabía lo que tenía que hacer, nunca había administrado uno. “Tenía la formación y conocía todas las recomendaciones que le daba a los empresarios, pero nunca había vivido esas situaciones en carne propia”.
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Primeras batallas y tropiezos
Batalló dos años, en los que sumó ideas y estrategias surgidas del trabajo en equipo para fortalecer a la empresa y estabilizarla y dos años después emprendió Mid Woman, una idea de negocio que le presentó una colega contadora, “fashionista como yo, quien me propuso una apuesta para promover la moda”.
Empezamos como un negocio digital, una página web en la que vendíamos espacios, pero en ese momento el comercio digital no estaba fuerte y tuve que esperar dos años más para relanzar el proyecto con una revista impresa que nos funcionó muy bien. “En ambos casos, la etapa de emprendimiento fue de muchos retos”.
Apenas empezaba como empresaria cuando fue invitada a participar en la Comisión de Empresarios Jóvenes de la Coparmex, donde se encontró con un grupo de emprendedores que estaban empezando negocios y afrontaban retos similares a los suyos.
En mi consolidación como empresaria tuvo que ver mucho la Coparmex, pues me encontré con jóvenes emprendedores que soñaban como yo con el despegue de sus empresas, pero afrontaban retos y dificultades parecidos a los míos.
Escuchar y ver que no era la única en dificultades, el fortalecerme con la comunidad empresarial y hacer alianzas ayudó a mis empresas a crecer. Consolidamos los dos negocios y la Coparmex me dio un premio como Joven Emprendedor Coparmex en 2015, cuando Mid Woman comenzó su internacionalización e Integra ya trabajaba en ocho estados del país, añade.
Ahí empezamos a despuntar y a formalizar alianzas nacionales, pues descubrí que afuera hay oportunidades para hacer crecer a las empresas.
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La búsqueda de su espacio
En forma simultánea tuvo que librar otra batalla, pero ésta contra los estereotipos, al entrar en un terreno tradicionalmente reservado a los hombres: el mundo de los negocios.
Sin embargo, reconoce que, gracias a la educación, hay avances en esa área y que cada vez hay más mujeres en puestos de alta dirección.
Fue complicado hacerme de un espacio. Como consultora de negocios debía tenerlo al lado del empresario, como su asesora y consultora de negocios y normalmente esos puestos estaban ocupados por hombres.
La presencia mayoritaria de hombres en cargos de alta dirección se ha ido revirtiendo, pero falta mucho para trabajar y, en la medida en que la mujer se prepare, le apueste a la educación y desarrolle sus habilidades, podrá ocupar más espacios. “Lo importante es sumar”.
Se vale soñar
Sin despegar los pies de la tierra, Ligia afirma que “se vale ser idealista, se vale soñar” y subraya: “está en cada uno de nosotros lo que podemos lograr, pero no hay que pensar que estamos solos y sí, en cambio, que generar y tener empatía unos con otros ayuda a entender lo que está pasando en el entorno con nuestros clientes, nuestros proveedores, nuestros colaboradores”.
Para mí emprender es un reto, pero una vez que construyo no quiero regresar. Trato de aprovechar la experiencia para generar cosas interesantes para los diseñadores, las marcas, para mi propia empresa, aprovecho las oportunidades cuando las veo.
Se vale estrellarse, equivocarse, fracasar, pero hay que saber que del suelo no pasas. Siempre hay una salida, pero hay que confiar en las habilidades y talentos, sobre todo cuando se hace algo que nos apasione y amemos.
Siempre he sido de la idea de compartir, doy pláticas a emprendedores, he participado en mentorías, incubadoras de negocios, comparto experiencias en diferentes asociaciones, eventos y también para entidades no lucrativas. En la medida en que tu negocio se estabilice puedes compartir tu aprendizaje y crear una mejor comunidad y un mejor país.
La joven empresaria reconoce que algunas decisiones de negocio han afectado severamente su salud, por eso siempre hay que anteponer la parte personal “porque si nosotros no estamos bien no podremos liderar el barco”. Por eso recomienda distraerse, alejarse, aunque sea por momentos, de los negocios, reunirse con amigos, tomar una copa, divertirse.