La Inteligencia Artificial (I.A.) también cambió uno de los puntos neurálgicos de las empresas, el lugar desde donde se realiza la segmentación de mercado, es decir, el modo en el que las empresas definen a su público meta y las formas en las que les harán llegar su mensaje.
Tradicionalmente los datos demográficos, como la edad y el género; aquellos de comportamiento del consumidor, y los relacionados con la personalidad y valores del público eran los más importantes y de los que echaban mano las empresas, sin embargo, en muchas ocasiones esta información era muy general y carecía del nivel de detalle que hay ahora.
En la actualidad se toma en cuenta el comportamiento online, es decir cuáles son los sitios y páginas web que los internautas prefieren, las interacciones en redes sociales como Facebook, Instagram y Tik Tok, así como las compras en línea, cada clic ofrece un universo de información para las empresas y el marketing.
Conocer esta información permite definir cuáles son los productos de mayor éxito, aquellos que permanecerán, los que deben retirarse y los que ni siquiera deben ver la luz pública (como es el caso de algunas películas y series canceladas incluso antes de su estreno como “Batgirl” y “Scooby Doo”).
También permiten conocer al usuario o consumidor de una forma casi íntima, algunos considerarían que las empresas los conocen mejor que ellos a sí mismos.
Lo anterior es, hasta cierto punto, lógico y conocido. Sin embargo, el salto que se ha dado con la I.A. incluye el análisis de grandes cantidades de datos de diversas fuentes, lo más extraordinario, es que puede hacerlo casi en tiempo real, por lo que la segmentación de mercado se ha vuelto dinámica, con ajustes inmediatos de acuerdo con las mediciones del comportamiento de los consumidores.
Y va más allá, la Inteligencia Artificial desarrolla capacidad de analizar los sentimientos expresados por las personas acerca de productos, servicios y marcas. Con estos datos ya cumple con funciones de “pitonisa” y realiza predicciones de comportamiento futuro con base en el historial y patrones de consumo, lo que permite generar estrategias, desarrollar productos y realizar ofertas con altos niveles de efectividad.
La controversia surge cuando el enfoque se va hacia temas como la privacidad y el uso de datos personales, pasar de la persuasión a la manipulación de las personas y el surgimiento de “burbujas informativas” que sólo reafirmen las creencias de la gente sin permitirles la exposición a otros puntos de vista. Sin duda, una revolución.
